jueves, 24 de diciembre de 2009

Artículo 'Por la lectura' de José Luis Sampedro sobre los 20 cts de gravamen en el préstamo público

POR LA LECTURA

que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado,¿qué se les desgasta a los autores en la operación?¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

martes, 15 de diciembre de 2009

LETRA Z por el escritor Félix de Azúa



ZETA. Es la última letra de nuestro alfabeto y transcribe la sexta del alfabeto griego dzeta. 


En las historietas de dibujos, la zeta representa el suave ronquido de los durmientes: ZZZZZZZZZZZZZ. Ignoro el origen de este grafismo, pero lo intuyo inspirado por el sonido de un serrucho cuando se aplica al madero. En otros tebeos he visto que al durmiente se le dibuja sobre la cabeza una sierra en trance de aserrar un tronco, y, flotando como una nube, el grafismo ZZZZZZZZZZZZZZ.Siendo así que en castellano  se dice "dormir como un tronco". Aunque no he encontrado explicación alguna en los múltiples -e incompetentes- diccionarios que he consultado, es probable que se asocie el ronquido del duermiente (del tronco) con el ruido que produce la acción de serrar.
De modo que la zeta simboliza, en nuestros días, al durmiente. Recordará el lector que la letra A simbolizaba lo originario, pero que se había producido una inversión, de manera que en la actualidad podíamos afirmar que la letra A era la última de las letras del alfabeto. Por lo mismo, la zeta se ha convertido en la primera y nos determina como durmientes o como adormecidos.
En fránces se dice "être fait comme un Z". Éste es el aspecto complementario de la zeta: cuando despertamos de nuestro sueño nos vemos contrahechos y deformes una caricatura, así que volvemos a dormirnos a toda velocidad.
Es díficil mantenerse despierto mucho tiempo. a la que uno abre los ojos, el bombardeo es insoportable: toenladas de cadáveres nos asaltan desde el televisor. A todo color.
Y luego, esos locutores y esas locutoras. Del mismo color que los cadáveres.
Y esos deportistas. Y los ministros.Y los niños que comen desesperadamente yogurs.
Así que volvemos a dormirnos, es preferible dormir. ZZZZZZZZZZZ.
Si lográramos mantenernos despiertos un poco más...
Sólo el tiempo necesario para ver qué tiempo hace. Pero es muy difícil.
Los actuales vivimos dormidos (por lo general delante de un televisor) y cuando salimos a la calle seguimos dormidos y no vemos sino lo que viene en el televisor: mujeres rubias altísimas, niños que beben muchísima leche, hombres muy pintados al volante de automóviles que cruzan el desierto y la jungla, y muchos cadáveres.
Si logramos llegar a nuestro lugar de trabajo, nos dormimos delante de hombres y mujeres infantiles que se dan empujones, cuentan chistes, hablan de deportes y se encierran en los lavabos durante horas.
Volvemos a casa y nos tendemos a dormir delante del televisor.
No es la primera vez que suceden estas cosas. Otros pueblos acumularon tal cantidad de poder y levantaron tanto temor y tanto odio entre los restantes pueblos de la tierra, que también se adormecieron delante de sus monumentos fúnebres y soñaban con hombres y mujeres siempre jóvenes que se les ofrecían una y otra vez a cambio de una sopa o de un viaje con hotel pagado. Y mientras ellos soñaban, sus esclavos avanzaban hacia sus gargantas con el mullido paso de los felinos.
La condición para permanecer despiertos un poco más de tiempo es no ponernos delante de nuestro monumento fúnebre. Si logramos tirar el televisor por el hueco de la escalera ya hemos ganado mucho tiempo de despertar.
Es duro. Es incluso injusto. Pero no queda más remedio. Es imprescindible tirarlo. ¡No venderlo! ¡No regalarlo! Tirarlo.
Quienes han tirado su televisor son capaces de oler el cerebro de quienes no han tirado su televisor. Huele a gasolina, a yogur, a queso y a muerto, todo junto.
Una vez tirado el televisor, regresan olores perdidos y personas desparecidas. Tras una primera etapa de desintoxicación francamente severa, se sorprende uno en compañia de otros. Al lado. O enfrente. O encima o debajo. en corro o todos juntos y revueltos. Se puede jugar al parchís.
Tú, lector mío, has preferido leer estas páginas. Has hecho bien, permíteme que te lo diga.
Y ahora, adiós. Hemos psado un rato conversando. Yo hablaba y tu me discutías. Ambos imaginábamos.
entre los dos hemos pintado grandes telas abstractas hemos escuchado música, hamos leido poemas, hamos viajado a la Jerusalém Celeste, hemos visto el color de la orina de los condenados a muerte. Ni tú ni yo sabemos porqué no hemos dedicado a una actividad tan improductiva. Una fiera nos espera acurrucada en el final de nuestro tiempo, y nada podemos hacer para que sus fauces dejen de ser tenebrosas.
Pero mientras hablábamos, la fiera ha tenido que esperar. La hemos distraido o despistado.
Ahora, por favor, no te calles. No te duermas. Sigue habalndo tú, y que pueda yo oirte y disputar contigo; y si no puedes hablar, dibújame algo que yo sea capaz de entender. O canta, o haz algo, ahora que me ha llegado la hora de callar.
Que haya justicia en este mundo, ya que en el otro, otras son las medidas, otros son los jueces.

Recogido del fantástico DICCIONARIO DE LAS ARTES de Félix de Azúa, publicado en 2002 por la editorial Anagrama.

http://www.elboomeran.com/blog/1/felix-de-azua/

jueves, 3 de diciembre de 2009

En busca de inspiración

Este jueves 3 de diciembre de 2009, nos daremos un paseo por la ciudad para buscar aquello que nos pueda despertar la imaginación y las ganas de escribir.
Quedamos en plaza nueva, a las 16.15 y tomaremos el bus hasta el Sacromonte, donde iremos en busca de 'La fuente que nace en el interior de la montaña' (también llamada Fuente del Cuti). Allí conoceremos más sobre la historia de la caza y muerte de uno de los hermanos Quero, famosos capitanes de la guerrila antifranquista (maquis) que recorrían la zona en los años 40.
y, si hay suerte y está abierta, nos tomaremos un te en la cueva del Ateneo Libertario, en algún perdido en los montes que rodean a la abadía.
Es recomendable llevar calzado cómodo, ropa de abrigo y, por si anoche, una linterna.
Para cualquier cuestión, podéis contactar al 656 54 53 04. Nos vemos.